El servicio interurbano de autobuses es una pieza cada vez más importante en la accesibilidad en Barcelona. Cada día laborable entran en la ciudad un total de 3.300 servicios regulares interurbanos (23 líneas de la AMB y 94 líneas de la Generalitat) y de larga distancia (Ministerio de Fomento, internacionales, 50 líneas en total). Además, se calcula un volumen de entradas adicional de unos 900 autobuses y autocares con servicios de diferente tipología.

Barcelona no dispone de una infraestructura de terminales de autobuses adecuada y su disposición no es la adecuada para absorber esta creciente demanda. Esto hace que actualmente el espacio urbano haga esta función de paradas y terminales, con las importantes ineficiencias y externalidades que comporta. Ruido, contaminación, ocupación del espacio, disfunciones a las aceras, etc., provocan una degradación del espacio público. Esta carencia de lugares adecuados para estos usos, fruto de una mala previsión de estrategia y planificación, ha hecho que los crecimientos producidos en los últimos años hayan sido desordenados, lo cual ha llevado a una situación extrema en algunos puntos.

El estudio realizado por Barcelona Regional propone una estructura de las estaciones terminales y de la red que permite concentrar las actuales líneas en estaciones sin necesidad de llegar al centro de la ciudad. La tesis principal de la propuesta se basa al concentrar las funciones de terminales en una serie de estaciones situadas en las entradas de los corredores que cumplen los criterios de la ciudad (acceso rápido mediante la red viaria básica de la ciudad y nodos intermodales con buena conexión a la red ferroviaria de alta capacidad) y los de servicio (regulación fuera de la vía pública y complementariedad con la red ferroviaria metropolitana).