La posibilidad de construir un túnel en la montaña de Montjuïc se planteó en los años inmediatamente anteriores en las Olimpiadas del 1992. En aquel momento, se proponía también la construcción de una línea de metro por debajo de la montaña que permitiera la conexión entre La Marina y la Zona Franca con el centro de la ciudad, además de facilitar el acceso a la Anilla Olímpica. Todo y que se hicieron estudios previos de viabilidad, no prosperó esta actuación.
La cita olímpica comportó la finalización de la ronda Litoral, que en poco tiempo llegaron a ser el eje principal viario paralelo al mar, tanto por el servicio que hacía en la parte litoral de la ciudad de Barcelona como de acceso al Puerto y a la Zona Franca. Todo y así, las restricciones provocadas por el tramo del Morrot, el dimensionamiento de dos carriles por sentido, la demanda generada por las actividades situadas en el entorno y la falta de alternativas de vías rápidas provocaron la rápida saturación.
Como que la Gran Vía, el otro viario arterial paralelo al mar, dispone de un carácter urbano que limita la capacidad, el acceso a la Zona Franca desde el norte, que se produce básicamente a través de la ronda Litoral y la Gran Vía, queda limitado por la congestión de estas dos vías. Por tanto, y recuperando la antigua idea de un túnel debajo de Montjuïc, se plantea la posibilidad de construir uno, esta vez de carácter viario, que permita mejorar el acceso a la Zona Franca desde el centro de la ciudad y viceversa. La primera aproximación preveía accesos directos desde la Ronda a la altura del cementerio. Las últimas que se estudiaron conectaban en los entornos de la plaza España con la Zona Franca y se disponían próximas al cruce de las calles del Foc y Ferrocarrils, con un carácter parecido al que tiene el túnel de la Rovira, en el otro extremo de la ciudad.
Periodo: 2006-2007
Autor: Barcelona Regional
Ámbito: 5,7 km lineales